El urbanismo es una manera muy fácil de conseguir dinero rápido para que los Ayuntamientos puedan cumplir con sus obligaciones. En base a que los recursos propios y las subvenciones que se pueden recibir del Estado o de las Autonomías son escasos, para que un Ayuntamiento pueda funcionar sin recurrir al urbanismo, habría una acentuada subida de impuestos y esto supondría un elevado coste político. Todo esto ha supuesto que el urbanismo se convierta en una de las fuentes principales de financiación municipal y en muchos casos, también de financiación personal gracias a las comisiones ilegales y a los propios intereses urbanísticos que tiene la clase política. Es decir, que nuestras ciudades, pueblos y lugares de convivencia son creados por promotor@s inmobiliarios sin tener en cuenta los deseos de la población, sino los intereses económicos que puedan favorecer a su bolsillo.
Esto crea un clima de masificación urbanística, que en el caso de Aguadulce y la costa almeriense ya empieza a parecerse a pueblos y ciudades andaluzas como Marbella o Torremolinos, que tan solo aspiran a llenarse de enormes hoteles y residenciales de lujo.
Por otra parte se plantean proyectos urbanísticos como los del hotel del Algarrobico, que son verdaderas agresiones medioambientales. Uno de los problemas en estos casos es tener a un sector de la población a favor de este tipo de aberraciones. Unos dicen que va a mejorar el empleo en la zona, otros dicen que va a favorecer el turismo, pero la realidad es que ha llegado un punto en el que no sabemos para que están las playas y parajes naturales, si para venderlos o para disfrutarlos.
Creemos que es importante proteger lo poco que nos queda de parajes naturales y lugares que no estén sujetos a un tipo de ocio, en el que intervenga el factor económico. Hay algun@s que preferimos ir a la montaña, al bosque, al desierto, a la playa o a miles de sitios antes que ir a un centro comercial a gastarnos todo nuestro dinero. Pero parece que la disposición de las ciudades ya no es esta, da la impresión que se están creando urbes centradas en: edificios, centros comerciales programados, institutos abarrotados, grúas, excavadoras, coches, inmobiliarias, comercios del sector servicios, hoteles, campos de golf, invernaderos, etc...
El alcalde, contando con la complicidad de la Junta de Andalucía, que se niega a paralizar las obras, se excusa diciendo que ha creado innumerables zonas verdes en Aguadulce, pero sus 4 árboles, 4 faroles y cientos de baldosas no nos engañan mientras hay 26 grúas surcando el cielo de la ciudad y decenas de excavadoras destruyendo lo poco que nos queda de vida natural. Nosotr@s no atendemos a los intereses de ningún partido político ni de ninguna organización institucionalizada, nuestra defensa del medioambiente y de nuestra vida es eterna y no se vende ni es condicional a nada.
Creemos que la mejor respuesta a estas agresiones y la más coherente es la creación y consolidación de una Asamblea de Vecin@s abierta, en la que tenga cabida todo tipo de opiniones, proposiciones y acciones.
Exigimos que se cumpla la cesión del porcentaje de aprovechamiento medio estipulado en el Plan Parcial de Roquetas de Mar, y que se destine a la construcción de zonas verdes y servicios sociales y públicos así como la paralización inmediata de cualquier tipo de construcción que amenace nuestro entorno natural, como es el caso de los acantilados de Aguadulce. Reivindicamos que es absurdo ser el país de la Unión Europea con mayor número de viviendas por habitante y que se sigan construyendo sin parar mientras millones de personas no pueden acceder a una vivienda digna, o bien acceden hipotecando toda su vida a una entidad bancaria (que al final es la verdadera propietaria). Por lo tanto las viviendas desocupadas o utilizadas una pequeña parte del año deberían destinarse a usos sociales o a aquellas personas que de verdad las necesiten.
En la Provincia de Almería 2 de cada 3 viviendas están vacías salvo en los meses de verano o simplemente sirven de inversión, de este modo se incrementan los precios y la vivienda es prácticamente inaccesible a l@s que no tienen una muy buena condición económica. Opinamos que las viviendas son para vivir y no para sacar beneficios económicos de ese tipo y que habría que limitar la población en zonas costeras o próximas a parques naturales y zonas de interés medioambiental y protegerlas. Es hora de que l@s vecin@s levantemos nuestra voz a toda esa maraña de maquinaria pesada y de políticos que tan solo quieren destruir y sacar beneficios económicos. Nosotr@s luchamos por nuestra vida y por la tierra.
ALTO A LA PLAGA INMOBILIARIA
Asamblea de Vecin@s de Aguadulce Contra la Especulación
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