Hemos asistido en nuestra provincia a varios hechos curiosos que deberían hacernos reflexionar sobre quienes quieren cambiar la realidad y quienes buscan reformarla/humanizarla para que todo siga igual.
Fals@s crítico@s de todos los ropajes y colores se agrupan en torno a Plataformas, Foros y agrupaciones ciudadanas.
Con la leve diferencia de las distintas reivindicaciones comprobamos como los métodos siguen siempre el mismo patrón.
Primero se convoca a los dirigentes de las distintas organizaciones "sociales" y ciudadanas (partidos, sindicatos, ONG's...).
Segundo se discute y se genera un pliego reivindicativo lo más descafeinado posible para satisfacer a las diferentes visiones que alli se agrupan y se firma como Plataforma o Foro nosecual, acompañado de una ristra de 40 siglas.
Tercero se elabora una petición (o mejor dicho, una súplica) a la autoridad competente acerca de las demandas, buscando también un malo de turno (para los progres serían los racistas intolerantes, para los fachas serán los inmigrantes ilegales....).
Cuarto y lo más importante. El circo se pone en escena con la aparición de una multiplicidad de medios de comunicación (controlados o bien por el gobierno o bien por algún millonario accionista). Para que estos reflejen sus actos y reivindicaciones su discurso se vacía aun más de contenido hasta llegar al simple servilismo a favor de uno u otro poder. Ya con el apoyo de alguno de estos medios se procede al cuarto paso, la demostración de fuerza numérica con la manifestación borreguil.
Convocada la manifestación masiva (ver ejemplos de Plataforma Acantilados SOS de Aguadulce o Foro Social en Almería) se preparan unas consignas que serán reproducidas por un megáfono y que la masa debe repetir al unísono. Se hará especial hincapié en que salgan bien las fotos y que las cámaras de TV enfoquen a los lideres que marchan en la cabecera y que reproduzcan el comunicado que uno de estos personajes leerá.
¡Y el espectáculo se pone en marcha! Todo el mundo contento pues el sistema les ha permitido participar democráticamente en su gestión, ahora los políticos tomaran nota y si ven que algo les interesa lo aplicarán convenientemente. Incluso los más radicales pueden expresar su voz en las manifestaciones, aplacando así su rabia gracias al grito constante de consignas.
Lo que no se debe de permitir nunca es cuestionar esta forma de actuar, pues es la base de la convivencia capitalis.... perdón, democrática. |